Hace tiempo hablé por aquí de Heidi Swanson y su libro de cocina, que sigue siendo uno de mis favoritos a los que siempre vuelvo en busca de inspiración. Y llevaba mucho tiempo queriendo probar su receta de palomitas con cúrcuma, azafrán y sésamo, pues tenía todo para volverme adicta a ellas. Efectivamente, se han convertido en mi picoteo salvavidas cuando el estómago empieza a quejarse entre horas.
El vibrante color que las especias aportan a las palomitas ya invita a meter la mano en el tarro, pero además aportan un sabor especial que personalmente me encanta. Heidi sugiere añadir también coco, y os invito a probarlo si os gusta su sabor, algo que yo no pude hacer porque soy la única aficionada a la fruta tropical en casa.
Preparar las palomitas según el método que usemos en casa.
Podemos recurrir a un palomitero, el método de sartén o el microondas,
usando una sencilla bolsa de papel o un utensilio especial, como ha sido mi caso. Combinar el maíz con una cucharada del aceite de oliva y una pizca de sal.
Mientras se enfrían un poco, calentar muy suavemente el resto del aceite con una cucharada de agua, la ralladura de limón, la cúrcuma, el azafrán y un golpe de pimienta negra recién molida. Remover con una lengüeta pequeña o cuchara hasta que se forme una mezcla homogénea. Si nos pasamos de temperatura y se reduce mucho, agregar un poco de aceite y/o agua.
Combinar las palomitas aún calientes con esta preparación, mezclando bien, y añadir la levadura de cerveza, el sésamo y sal. Remover suavemente y echar el coco, si queremos. Probar y ajustar los sabores al gusto. Guardar en un recipiente hermético.
Mientras se enfrían un poco, calentar muy suavemente el resto del aceite con una cucharada de agua, la ralladura de limón, la cúrcuma, el azafrán y un golpe de pimienta negra recién molida. Remover con una lengüeta pequeña o cuchara hasta que se forme una mezcla homogénea. Si nos pasamos de temperatura y se reduce mucho, agregar un poco de aceite y/o agua.
Combinar las palomitas aún calientes con esta preparación, mezclando bien, y añadir la levadura de cerveza, el sésamo y sal. Remover suavemente y echar el coco, si queremos. Probar y ajustar los sabores al gusto. Guardar en un recipiente hermético.
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