Magaly González, pediatra y Navi Morose, consejera de lactancia, coinciden en su opinión de que toda mujer está capacitada para amamantar a su bebe. Sin embargo para Morese esa capacidad va más ligada al aspecto fisiológico que al de conocimiento de como se debe amamantar.
"Las mujeres no han visto amamantar y por eso no saben como hacerlo", aseguró la consejera. Por su parte, González señaló que es importantísimo el hecho de ofrecerle el pecho al niño lo antes posible después del nacimiento. "La lactancia materna es un sistema de oferta y demanda, mientras más chupe el bebe, más leche se produce", sostiene la pediatra.
Ambas especialista afirmaron que la leche materna es la mejor fuente de nutrientes para el recién nacido. Explicaron que la leche de cada madre se adapta al requerimiento específico de su bebé y de la etapa de desarrollo donde él se encuentre.
Maternidad: Técnicas de amamantamiento
Amamantar por primera vez
Algunas recomendaciones sobre lactancia
materna tomadas de la experiencia de miles de mujeres pueden servir a la mamá
reciente. Vale la pena el esfuerzo, no siempre son fáciles los comienzos, pero
la lactancia materna es el mejor alimento para tu bebé.
Lo mejor es comenzar con el amamantamiento
lo más pronto posible después del parto, preferentemente en la primera hora de
vida del bebé. En muchas ocasiones, él estará despierto, tranquilo y receptivo
para alimentarse.
Algunos bebés se prenden rápido y vigorosamente al pecho y succionan enérgicamente durante varios minutos. Otros, en cambio, hociquean el pecho, toman contacto con el pezón, saborean unas gotas de calostro y se toman su tiempo antes de empezar a mamar.
Cada bebé tiene su propio estilo, y el
proceso de amamantamiento facilitará a cada madre entender el de su bebé.
También la mamá puede tomarse el tiempo que
necesite para darle la bienvenida a su bebé antes de ofrecerle el pecho.
Llamarlo por su nombre, acariciarlo o mirarlo, simplemente favorecerá el
vínculo entre ellos. Este contacto íntimo, el olor de la piel de su mamá,
escuchar su voz o los latidos de su corazón serán un excelente estímulo para
comenzar con la lactancia.
Primeras semanas amamantando a tu bebé
Molestias que pueden presentarse al amamantar al bebé
Entre el segundo y el sexto día después del
parto, se produce la bajada de la leche. Durante esos días los pechos estarán
calientes, pesados y endurecidos. Esto se debe al aumento de la cantidad de
sangre y líquidos acumulados en el tejido de soporte, y al comienzo de la
producción de leche. Esta situación puede causar incomodidad, pero no debe ser
motivo de preocupación, ya que es transitoria y desaparece en uno o dos días.
¿Cómo resolver esas molestias?
Comenzando con la lactancia lo más pronto
posible después del parto.
Tratando de amamantar con frecuencia.
Estimulando, antes de dar el pecho, el
reflejo de bajada de la leche. Ello se consigue colocando compresas tibias
sobre los pechos o con una ducha de agua tibia, masajeando suavemente y con
ambas manos el pezón.
Ablandando la aréola antes de amamantar
(por ejemplo, con agua tibia y masajes).
Consiguiendo un estado de relajación.
Si después de amamantar los pechos siguen
congestionados, puede intentarse lo siguiente: alternar o cambiar las
posiciones para amamantar al bebé
Una técnica correcta es la base para una
lactancia sin inconvenientes. Algunas mamás prefieren amamantar acostadas con
el bebé a su lado o sentadas con el bebé en brazos. Lo importante es que ambos
se encuentren cómodos y relajados.
Posición clásica para amamantar al bebé: la
cabecita del bebé apoyada en la articulación del codo materno. Una almohada
entre su cuerpito y la falda de la mamá le dará al bebé un apoyo seguro en caso
de ser muy pequeño, y dará descanso al antebrazo de su mamá.
Posición acostada para amamantar al bebé:
acercar el bebé al pecho, de modo que ambos queden enfrentados "panza con
panza". Una almohada colocada en la espalda de la mamá y otra entre las
rodillas la ayudará a estar más relajada.
Posición invertida para amamantar al bebé: el
bebé apoyado sobre una almohada debajo del brazo de la mamá, del lado que se
vaya a amamantar. Sostener los hombros del bebé y la base de la cabeza
colocando la mano por debajo de las orejas. Esta posición permite alimentar a
mellizos en forma simultánea. También es útil en caso de cesárea y en recién
nacidos prematuros. Facilita el vaciado inferior y exterior de la mama.
Cualquiera sea la posición elegida para amamantar debe tenerse en cuenta lo siguiente:
Los ojos del bebé buscarán los de su mamá
porque la mirada comunica amor y cuidado, ingredientes fundamentales de una
buena lactancia.
Extraer leche en forma manual o con un
extractor hasta sentir alivio, pero recordando que no es necesario vaciar los
pechos.
Colocar una compresa fría sobre los pechos
para reducir la inflamación.
La cabeza y el cuerpo del bebé deben estar
alineados.
Su cara ha de estar mirando el pecho, y su
mentón apoyado sobre la mama. Es muy importante el contacto corporal.
Su cuerpito tiene que estar en contacto con
el de la mamá. En caso de que sea recién nacido, hay que darle apoyo a las
nalgas.
Sujetarse el pecho con la mano abierta
ayudará a que el bebé se agarre mejor al pezón. Esto es muy conveniente si los
pechos son grandes.
El labio inferior de la boquita del bebé
debe estar hacia fuera.
Una sugerencia: Con el pulgar por encima de
la aréola y los otros dedos por debajo, extraer una gota de calostro para
animar al bebé a mamar.
Estimular suavemente el labio inferior del
bebé con el pezón hasta que abra bien la boca. Acercarlo hacia el pecho,
cuidando que el pezón y gran parte de la aréola queden dentro de su boca.
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